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El origen del Mal - Capítulo 6

Da Cantiere.

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Historia de una teoría controvertida sobre el origen del SIDA

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El origen del Mal
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Sexto capítulo: Royal Society

Bill Hamilton

Tras la aparición del libro de Hooper, los medios se interesan en la teoría. La comunidad científica no puede quedarse muda: Hooper está solo, pero tiene un aliado perfectamente respetable: Bill Hamilton.

¿Quién es Bill Hamilton? Bill Hamilton es probablemente el biólogo evolucionista más grande del siglo XX. Están Darwin y luego Hamilton. Bill Hamilton, tras el resultado del proceso legal contra Curtis, ya había intervenido en defensa de la plausibilidad de la teoría y para poner de manifiesto el peligro que para la ciencia suponen los procesos legales. Había, desde lo alto de su prestigio, escrito a “Science” que (¡dos veces!) se negó a publicar. Entonces escribió a “Nature”, otra prestigiosa revista que... se negó a publicar.

Tras la aparición del libro de Hooper, Hamilton decide asumir un papel más activo: decide organizar una reunión de discusión en la Royal Society de Londres, la academia de ciencias más prestigiosa del mundo, de la cual él, obviamente, es miembro honorario.

Invita a esta reunión a los principales exponentes de la investigación (epidemiólogos, virólogos, primatólogos, expertos en genética), para discutir las dos teorías principales sobre el origen del SIDA: la teoría de la transferencia natural y la teoría antipolio.

Pero Hamilton también quiere que se hagan nuevas investigaciones, y cansado de respuestas del tipo “sí, es interesante, pero nuestras investigaciones son financiadas por... de modo que preferiría no tocar ese tema”, decide dedicarse él mismo a la búsqueda de nuevos datos científicos: organiza, de este modo, una serie de expediciones al Congo. Una primera misión parte en 1999, mientras que, a comienzos de 2000, parte la segunda.

Pero esta historia, que parece escrita por un mal guionista de telenovelas, tiene todavía otro golpe de efecto. Hamilton, en el Congo, contrae la malaria. Regresa a Inglaterra y pocos días después entra en coma. El 7 de marzo de 2000, a la edad de 64 años, Bill Hamilton, el biólogo evolucionista más grande del siglo XX, muere.

No creo que nadie haya sido tan cínico como para alegrarse de la desaparición de Hamilton, pero pronto comienzan a hacerse sentir voces que dicen que si a la teoría se le da demasiado espacio, que si la reunión, tal y como estaba prevista por Hamilton está demasiado desequilibrada y que si no se corrige muchos de los participantes no asistirán. De este modo, la reunión se desplaza, como quien no quiere la cosa, de mayo a septiembre y se reestructura. La nueva fecha es una de esas que no se olvidan: 11 de septiembre de 2000, un año antes de otro día difícil de olvidar.

Royal Society

Estamos en el once de septiembre. Todos los guerreros están presentes en la sala. Hooper y Koprowski se ignoran. Los árbitros abren la conferencia en honor a Bill Hamilton, un gran hombre de ciencia, y un ejemplo para todos de genialidad, integridad y apertura. Aplausos... y tras esto comienza el combate.

Primera refutación: ¡La metodología utilizada por Hooper para establecer una correlación entre el lugar de las vacunaciones y la aparición de los primeros casos de SIDA no es correcta!

Sin entrar en detalles, me parece bastante difícil sostener que no haya ninguna relación.

Segunda prueba: ¡hemos calculado que la fecha de la aparición de la epidemia es el 1931!

¡No vale! ¡Se sabe que se trata tan sólo de una estimación hipotética!

Tercera prueba: ¡Nunca se utilizaron chimpancés, Koprowski y otros investigadores de la época lo confirman!

En realidad no existen documentos y además tengo testigos que afirman, en cambio, que los chimpancés sí se usaban.

¿No estará diciendo que hay que creer a los empleados africanos y dudar de la palabra de los investigadores occidentales?

¡No se admiten golpes discriminatorios!

¡La tripsina elimina el VIS en las primeras fases de la producción!

¡No se sabe prácticamente nada sobre cómo o dónde fue amplificada la vacuna, o si la tripsina fue utilizada!

¡La vacuna se utilizó también en 6 millones de polacos!

Pero es posible que sólo las vacunas utilizadas en el Congo hubiesen sido amplificadas con riñones de chimpancé.

Se está manejando bien, está parando todos los golpes, pero aquí llega uno letal.

¡Se han analizado finalmente las viejas vacunas de Koprowski!

¿Y bien?

No se ha encontrado ningún resto de VIS, ni de VIH ni de ADN de chimpancé, sino sólo de monos asiáticos. “Algunos bonitos hechos han destrozado una fea teoría”, “¡La teoría muere su muerte final!”

Puntos débiles de la teoría de la transferencia natural

De acuerdo, admitamos que la teoría de la vacuna oral antipolio no sea cierta. ¿Por qué no se critican también los puntos débiles de la teoría de la transferencia natural? ¿Quién ha decidido que la teoría de la transferencia natural puede darse simplemente por buena, mientras que la teoría de la vacuna oral antipolio es masacrada? En primer lugar, la teoría de la transferencia natural no esclarece por qué no se tiene ninguna huella histórica o social del SIDA antes del siglo XX...

Bueno, sabes, en África no se guarda un registro de todo. Probablemente ha habido epidemias, pero han sido olvidadas, o se han confundido con otras enfermedades.

¡Pero millones de africanos fueron deportados como esclavos... lo habrían notado en América!

Quizá el virus quedase relegado a una tribu aislada. ¡Pues no! ¡Por qué las tribus aisladas deberían haber sido al menos 7, visto que actualmente existen por lo menos siete epidemias distintas contemporáneas!

En el siglo XX se dio la colonización, la liberación sexual, la urbanización... se sabe que en la ciudad la gente es más abierta... y la deforestación, que aumenta las posibilidades de contacto entre los hombres y los monos...

¿Y cómo me explican la distancia genética?

¿La distancia qué?

¡La distancia genética!

Teoría de las jeringuillas reutilizadas

Hay algunos casos en los que el virus humano es casi idéntico al de los monos. Pero parece ser que, en esos casos el virus humano no es patógeno ni transmisible... como queriendo decir que para ser capaz de provocar la enfermedad, el virus del SIDA tiene que ser modificado, adaptado al cuerpo humano ¿Y qué ha permitido al virus adaptarse al hombre?

Mmmm... déjenme pensar... ¡las jeringuillas!

¿Las jeringuillas?

Las jeringuillas. Escuchen...a partir de finales de la segunda guerra mundial se fabrican y se usan cada vez más las jeringuillas no reutilizables, de usar y tirar. Pero África, a menudo a estado corta de equipamiento médico, por tanto, más de una vez ha pasado que jeringuillas de un sólo uso, imposibles de esterilizar, han sido reutilizadas decenas de veces. ¡Al hacer pasar velozmente de brazo a brazo la aguja de la jeringuilla se permitió al virus adaptarse al hombre y provocar el SIDA!

Por tanto el virus ha pasado varias veces, de manera natural, de los monos al hombre, pero nunca ha provocado el SIDA ni se ha difundido nunca. Después, con la utilización repetida de las agujas se ha transmitido y se ha adaptado al ser humano.

¡He aquí una nueva teoría! Parece plausible... Pero una vez más entra en juego la medicina: ¿Cómo es que esta la aceptan así como así?

En fin, no es culpa directamente de la medicina, sino de la falta de equipamiento médico de los países en vías de desarrollo. Es mucho más políticamente correcto.

Ya, claro. ¡Es tan fácil echarle la culpa a la pobreza!