<analytics uacct="UA-6089322-1" ></analytics>

El origen del Mal - Capítulo 4

Da Cantiere.

Historia de una teoría controvertida sobre el origen del SIDA

{{#ifexpr: 0 = 1|
{{#ifexpr: 0 >1|<h{{{livello}}} style="font-size:100%;border:0;margin:0;padding:0;color:inherit;text-align:inherit;font-weight:inherit;">}}El origen del Mal{{#ifexpr: 0 >1|</h{{{livello}}}>}}
{{#if:Template:El origen del Mal|}}
El origen del Mal · Capítulo 1 · Capítulo 2 · Capítulo 3 · Capítulo 4 · Capítulo 5 · Capítulo 6 · Capítulo 7 · Bibliografía (en inglés)


Topic (in italiano) · Sinopsis (in italiano) · Calendar (in italiano) · Reviews (in italiano)


Todas las traducciones · Italiano · English · Română
 
{{#if:|
[[|]]
}}
| {{#if:|
[[Immagine:{{{sfondo}}}|center]]
}}
{{#if:Nuvola_apps_help_index.png‎|24px}}}}
El origen del Mal
El origen del Mal

El origen del Mal · Capítulo 1 · Capítulo 2 · Capítulo 3 · Capítulo 4 · Capítulo 5 · Capítulo 6 · Capítulo 7 · Bibliografía (en inglés)
Topic (in italiano) · Sinopsis (in italiano) · Calendar (in italiano) · Reviews (in italiano)
Todas las traducciones · Italiano · English · Română

[[|]]
}}


Cuarto capítulo: supresión de disenso

Louis Pascal

En 1987 un investigador independiente llamado Louis Pascal viene a formular la misma teoría sobre el origen del SIDA: vacunas anti-polio, SV40, experimentaciones en el Congo, etc., etc. Escribe un artículo y lo envía a 13 biólogos e investigadores en el campo del SIDA: ninguna reacción.

Después envía el manuscrito a 3 revistas científicas: una lo rechaza sin dar ninguna explicación, otra porque considera que la teoría no es plausible y la tercera no responde. Otra versión es aceptada por una revista médica africana, pero esta quiebra antes de la publicación. Entonces este Pascal escribe a una revista de ética médica que rechaza el artículo porque lo encuentra demasiado largo.

Finalmente el artículo se publicará en diciembre de 1991, en una universidad australiana, más de cuatro años después, y sólo porque un profesor llamado Brian Martin considera que Pascal esta siendo víctima de aquello que él define como "supresión de disenso", es decir, la censura o bloqueo de una idea incomoda llevada a cabo por un grupo de poder, en este caso la comunidad científica.

¿Por qué no se tenían en cuenta las ideas de Pascal? ¿Quizá porque las ideas de Pascal constituían una amenaza para la imagen de la medicina y de la investigación moderna? ¿O quizá porque Pascal no era un investigador profesional afiliado a una institución? Si no tienes un pedazo de papel que demuestre quién eres, no cuentas.

¡Qué no! es que los artículos de Pascal no están escritos en el estilo seco y conciso que requieren las revistas científicas. Pascal pone siempre demasiada pasión. Es su culpa: ¡Pascal habría debido adecuarse a las reglas de las revistas científicas!

Reacción del mundo científico

Pero al final lo publican... ¿500 copias? nadie se da cuenta. Pero cuando algunos meses después aparece el artículo de Curtis en Rolling Stone la cosa cambia. Rolling Stone tiene una tirada de cientos de miles de copias. ¿Cómo reacciona el mundo científico ante la teoría?

Una revista científica en particular se ocupa de seguir el caso. No una revista cualquiera, sino una de las más prestigiosas del mundo... que ya conocen... "Science": "Debate sobre el origen del SIDA, Rolling Stone da su opinión". La teoría de Curtis es una “pura especulación”.

Llegados a este punto, sobre un tema científico ¿a quién creen? ¿a Rolling Stone, una revista de música rock o a “Science”, una de las revistas de ciencia más prestigiosas del mundo?... ¡No! ¡Intenten pensar con su cabeza y lean el artículo! “Science” no da ninguna prueba que pueda refutar la teoría, se limita solamente a decir que los “expertos” consideran que la teoría no es plausible.

Curtis no está de acuerdo y escribe a “Science” para responder a las críticas y reafirmarse en su posición. La carta se publica en mayo en “Science” y tan sólo en ese momento Hilary Koprowski interviene:

"En tanto que científico, no tenia la intención de responder a Tom Curtis cuando presentó su hipótesis sobre el origen del SIDA en Rolling Stone. La publicación de su carta en “Science”, en cambio, transfiere el debate de la prensa popular a una revista científica altamente respetada. Querría ahora presentar mi punto de vista, basado en los hechos, para contrarrestar y por tanto repudiar la hipótesis de Curtis sobre el Origen del SIDA".

¿Entendieron? Según el razonamiento de Koprowski, una teoría puede ser discutida sólo si se presenta en una revista científica. Por tanto mis argumentaciones (y las de ustedes), si no son publicadas en una revista científica, no cuentan.

Obviamente las revistas científicas no pueden publicar cualquier cosa, deben hacer un control de calidad. El hecho curioso es que precisamente la carta de Koprowski está llena de errores y de imprecisiones, incluso las notas a pie de página están descabaladas y ninguno de los hechos expuestos por Koprowski refuta verdaderamente la teoría.

Curtis, una vez más no está de acuerdo y escribe otra vez a “Science” para poner en evidencia los errores de la carta de Koprowski. ¿Y qué hace “Science”? ¡No publica la carta! Admitamos que para merecer consideración una teoría tenga que aparecer en una revista científica. Pero si no me la publican ¿cómo hacemos para discutir?

Wistar Institute

Pero esto no se acaba aquí: poco después de la publicación del artículo en Rolling Stone, el Wistar Institute , el instituto al auspicio del cual Koprowski había organizado las vacunaciones en el Congo, instituye un grupo de expertos para valorar la pertinencia de la teoría. Seis meses después se presentan las conclusiones del grupo en una rueda de prensa:

"Consideramos que la probabilidad de que la epidemia de SIDA haya comenzado con la inoculación involuntaria de un precursor del VIH durante las experimentaciones de la vacuna anti-polio en 1957 es extremadamente baja."

No dicen imposible, sino sólo poco probable ¿Por qué? porque el informe cita la prueba de Ohhttaaa (todavía jugando) donde se mostraba cómo el virus desaparecía ya en los primeros pasos de producción. Pero aquel estudio no mencionaba nada acerca de los viejos métodos de producción.

Bueno, además la vía oral no es una vía eficiente para transmitir el VIH. Ya, pero seguramente alguien de entre los cientos de miles de personas tendría irritaciones, heridas, ampollas en la boca. Se sabe que el virus puede ser transmitido de la madre al feto durante la lactancia, o a través del esperma en las relaciones orales. ¿Cuántas de entre estas personas eran niños a los que les estaban saliendo los dientes o personas que por la emoción, se habían mordido la lengua? Además a los niños les dieron dosis 15 veces más grandes para asegurarse de obtener una respuesta inmunológica.

El informe se cerraba con la siguiente advertencia: "Para terminar, nos sentimos en la obligación de hacer notar que la controversia actual pone de manifiesto los problemas y las dificultades asociadas a la utilización de tejidos de mono en la producción de vacunas para suministro a seres humanos. En nuestros días la vacuna anti-polio atenuada es producida en los Estados Unidos y en muchas otras naciones utilizando tejidos de riñones de monos (...) Podría muy bien darse el caso de que existiesen otros virus de los monos que no se han descubierto todavía y que quizá pudieran contaminar los lotes de vacunas."

¿Ellos también? Ya es la cuarta vez que alguien se pronuncia en contra del uso de riñones de monos en la producción de vacunas: Koprowski en 1960, Lecatsas, Ohta y ahora el grupo de expertos del Wistar Institute. Pero no divaguemos...

El marinero de Manchester

El grupo de expertos proporciona una prueba clara, una sola, para refutar la teoría. El marinero de Manchester.

En 1959 un muchacho de 26 años de Manchester que había servido en la marina, muere de una manera terrible a causa de diversos organismos que literalmente le devoran el cuerpo. Una muerte horrible de la cual prefiero no hablarles. Todo apunta hacia un derrumbe de su sistema inmunológico.

Los doctores que atienden al muchacho están tan impresionados y perplejos que deciden tomar muestras de los órganos del muchacho para poder después, quién sabe, tal vez un día, estudiarlos a la luz de nuevos conocimientos científicos. Cuando comienza a hablarse de SIDA en los años ochenta, alguien se acuerda de este caso. Pero sólo en 1990 las muestras son analizadas en doble ciego.

El resultado es inequívoco, todas las muestras de control resultan ser seronegativas, mientras que, en cambio 4 muestras del marinero sobre 6 contienen VIH: el muchacho era seropositivo y murió de SIDA. ¿Pero por qué el caso del marinero de Manchester constituye una prueba aplastante contra la teoría?

El hecho es que este muchacho había estado en la marina viajando entre otros sitos por África entre 1955 y 1957, pero había regresado a Inglaterra antes del comienzo de las vacunaciones de Koprowski en el Congo Belga. Por lo tanto, si el muchacho se había infectado antes de 1957 esto quiere decir que el VIH ya estaba presente en el hombre antes del comienzo de las vacunaciones, y que por tanto éstas no tienen nada que ver con la epidemia de SIDA.

Inmediatamente después de la rueda de prensa del grupo de expertos, “Science” publica en un brevísimo editorial que el grupo de expertos ha demolido la hipótesis de que las experimentaciones en el Congo pudieran ser la fuente del SIDA. Ninguna reserva. Ninguna referencia a la advertencia. Ninguna duda. Punto.

Curtis, una vez más, no está de acuerdo y escribe a “Science” para explicar que el grupo de expertos en realidad no refuta nada. El marinero de Manchester podría perfectamente haberse infectado de un compañero tras su regreso a Inglaterra, sobre todo considerando que, en el muchacho, los síntomas de la enfermedad tan sólo se manifestaron a finales de 1958 cuando ya se había vacunado a miles de personas. Podría ser también que el muchacho hubiese tomado parte en otra de las vacunaciones de Koprowski, por ejemplo en aquella de Belfast en 1956. ¡Y además no se puede refutar definitivamente una teoría con una sola prueba!

La carta llega a “Science” a finales del 92 ¿y qué hace “Science”? No, equivocado. Publica la carta. Y una vez más es Koproswki quien replica, pero esta vez no con una carta, sino con la apertura de un proceso legal contra Curtis y Rolling Stone: "por la destrucción de la reputación profesional, por el sufrimiento mental y emotivo y por la humillación y la vergüenza."

Proceso legal contra Curtis y Rolling Stone

Un momento, ¿pero dónde se discuten las teorías científicas, en las revistas especializadas o en la sala del tribunal? Galileo Galilei, Giordano Bruno, ser quemados vivos es seguramente peor que arruinarse pagando abogados, pero sólo cambia el tipo de amenaza.

El proceso legal mantiene ocupado a Curtis a tiempo completo durante casi un año, pero no se llega a ir a los tribunales. A finales de 1993 los letrados de ambas partes llegan a un acuerdo que consiste en el resarcimiento simbólico de un dólar a Koprowski y a la aparición en la prensa, en Rolling Stone, de una aclaración precisando que la teoría de la vacuna oral anti-polio es sólo "una de las numerosas teorías discutidas pero no demostradas” sobre el origen del SIDA.

La aclaración alaba la figura de Koprowski como científico y se disculpa en caso de que del artículo pueda haber derivado un daño a su reputación. En definitiva la aclaración no se retracta del artículo de Curtis ni da a entender que es publicada como parte de un acuerdo legal. Los costes del proceso ascienden a 300.000 dólares para Koprowski y a 500.000 dólares para Rolling Stone. ¿Por qué Koprowski se contenta con una aclaración semejante que, de hecho no es una retractación del artículo de Curtis, y no los lleva ante los tribunales? ¿Quizá porque según el derecho americano le tocaría a Koprowski demostrar que su vacuna no es responsable de la epidemia de SIDA?

La causa legal en cualquier caso cumple su objetivo de intimidar a la prensa no científica lo suficiente como para que no sigan publicando acerca de la teoría. ¿La carrera periodística de Curtis? Arruinada. “Science” publica que una aclaración en Rolling Stone cierra el proceso legal y que Koprowski se siente aliviado.

Revelación bomba

A este punto la teoría parece haber sido definitivamente refutada, ¿pero lo ha sido realmente? La única evidencia real para refutar la teoría es el caso del marinero de Manchester. Y en 1995 llega la revelación bomba. La presenta David Ho.

¿Quién es David Ho? ¿Cómo qué quién es David Ho? David Ho, de origen asiático, es un investigador genial en el campo del SIDA, pero era también uno de los expertos del grupo del Wistar Institute. Pues bien, tras la preparación del informe, él, que es un tipo puntilloso, quiere saber más sobre el marinero de Manchester, puesto que podría proporcionar explicaciones importantes acerca del inicio de la epidemia de SIDA, dado que resulta ser el primer caso en el mundo.

David Ho obtiene las mismas muestras que se analizaron en 1990 en doble ciego. También él constata la presencia del virus, pero por una parte los resultados coinciden con aquellos de 1990 y por otra hay algo que no lo convence. Hace que le envíen muestras directamente del doctor que atendió al marinero y repite las pruebas. En 1995 publica sus conclusiones, que son bastante sorprendentes.

Las muestras originales resultan ser todas seronegativas. En cambio las muestras enviadas desde el laboratorio inglés son seropositivas, pero... la cepa del virus que se encuentra en estas muestras pertenece a una persona fallecida probablemente a finales de los años ochenta. Además esta muestra resulta ser la mezcla de tejidos de al menos tres personas diferentes.

“En el mejol de los casos se tlata de una contaminasion de labolatolio” Como diciendo que, en el peor, alguien...¿Quién habrá dado el cambiazo a las muestras? Bueno... también puede ser un error. ¿Y cuál es la verdadera causa de la muerte del marinero de Manchester? Tal vez el marinero sea uno de esos rarísimos casos de personas que sufren el mismo derrumbe del sistema inmunológico que los enfermas de SIDA pero siendo seronegativos. Casos rarísimos. Por tanto la teoría debería volver a discutirse.

¿Pero quién nos queda? Lecatsas e Alexander no se han vuelto a ocupar del caso. Curtis fue liquidado con el proceso legal y Pascal...Pascal es otro misterio. Nadie lo ha visto nunca. Claramente Louis Pascal es un seudónimo. Louis Pasteur y Blaise Pascal, el gran investigador médico y el gran filósofo. Curtis, Martin y otros se han comunicado con él sólo por carta, pero nadie lo ha visto nunca en persona y en 1996... desaparece.

Qué historia...